“Reconocemos que tenemos un gran potencial en ese aspecto y está descuidado. El 10 % de la población de Cali se mueve en bicicleta y no tiene espacios adecuados para hacerlo. Se están estructurando las inversiones para tener una red de ciclorrutas que esté conectada”, dice a buena hora León Darío Espinoza, Director de Planeación Municipal (Cali Cómo Vamos/CCC). Mas, lamentablemente, aun no hay nada concreto al respecto por parte de la Secretaría de Obras Públicas y, como bien se sabe en Colombia, del dicho al hecho hay mucho trecho.
Tal parece que no importa que Mauricio Vásquez, coordinador del programa, haya advertido que “de seguir creciendo el parque automotor, habrá un momento en que la ciudad no se podrá mover por la congestión vehicular” y propone fortalecer el transporte en bicicleta, caminar y el MÍO, tal cual como se ha insistido en esta columna desde su inicio hace cuatro años (Una buena ciudad, 09/05/2011), y en la columna ¿Ciudad? de El País, hace mas de 15 (Caminar en Cali, 07/09/1998).
Ni que por su parte el ingeniero Carlos González, uno de los asesores del Plan de Movilidad (insisten en usar la palabra equivocada), haya indicado que la ciudad necesita desincentivar el transporte en carros particulares, además, hay que agregar, casi siempre llevando únicamente a su conductor. “Es hora de pensar en implementar el impuesto por congestión o el pago de parqueo en las vías para poder financiar obras como la ampliación de andenes y más bicicarriles” afirma González. Al fin y al cabo la movilización, acción y efecto de movilizar, en este caso personas, depende primeramente de ellos, de andenes y ciclovías.
Precisamente en Madrid se acaba de inaugurar, el servicio público de alquiler de bicicletas, BiciMAD, con 1.560 bicicletas eléctricas y 3.126 anclajes, no sin algunos problemas más anecdóticos que serios (como el de los pasados juegos de “palabras” de Cali). El precio del abono (entre 15 y 25 euros anuales) depende de si se posee el respectivo del transporte público, o se pueden usar hasta por dos horas seguidas, a 0,50 euros la primera media hora -la que es gratis en ciudades como París, Londres o Barcelona- y 0,60 las siguientes (El Huffington Post, 23/06/2014).
Cada vez mas en el mundo las bicicletas son una mejor alternativa para ir por el centro de las ciudades, y eliminar totalmente el automóvil particular para el transporte urbano pronto será una realidad en Masdar, en Abu Dabi. Ciudad diseñada por Sir Norman Foster, sin residuos contaminantes y de bajo consumo de energía y agua, basándose en la eficacia de la ciudad islámica tradicional, compacta, baja y de patios y calles estrechas y sombreadas (L. Fernández-Galiano, El País, Madrid, 02/03/2010), justamente como eran las coloniales nuestras.
Pero desde luego las bicicletas son apenas uno de los medios de un verdadero sistema integrado de transporte urbano público, el que debe contar primero con andenes adecuados, pues están antes y después del uso de bicicletas, taxis, buses y trenes. En Cali desparecimos el tren, el MIO está en graves problemas financieros y operativos, los taxis ocupan desocupados las calles pues no cuentan con adecuados sitios de espera, las ciclovías no tienen continuidad y son como para ir de paseo, y los andenes –el eslabón principal de la cadena- son una vergüenza.
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