Ir al contenido principal

Las velocidades. 14.09.2013


La demarcación y señalización de las carreteras y calles en Colombia es lamentable, y una mezcla improvisada de normas europeas, norteamericanas y propias. En muchas partes es antitécnica, incompleta o repetida, y con frecuencia contradictoria o difícil de ver, o por lo contrario no existen. Pero lo peor son los supuestos límites de velocidad, pues la gran mayoría de ellos no se pueden cumplir, por lo que los conductores no los acatan, acostumbrándose a no tenerlos en cuenta.
                                                                                                                                                                       Pasar de 80 kilómetros por hora a 60 en menos de 100 metros es como frenar, corriendo el riesgo de ser estrellado por detrás, y solo sirve para que ocasionalmente los policías “arreglen” las multas respectivas, o que ahora pongan fotomultas a prueba de corrupción pero muchas veces ilegales por lo antitécnico de los semáforos o lo súbito de la señal indicando el cambio de velocidad. Y los 20 kilómetros por hora en las carreteras es como estar parado, pero abundan en ellas.                                     
En el otro extremo son igualmente equivocados los 120 kilómetros por hora como velocidad máxima en las deficientes carreteras nacionales, incluso en las mal llamadas autopistas pues justamente no lo son, al tiempo que se pretende que los vehículos de servicio público, carga y transporte escolar, vayan sólo a 60, y no que por lo contrario se obligue que por lo  menos los sostengan. Para no hablar de los largos trenes cañeros que deberían circular por vías propias de los ingenios.
                                                                                                                                                                      Y si bien el límite 60 kilómetros por hora en zonas urbanas es adecuado en muchas calles, por supuesto no lo es en las estrechas y locales de muchos barrios residenciales, pero sí podría ser de 70 en las autovías urbanas, o en tramos sin peatones ni paradas como en el túnel bajo la Avenida Colombia por ejemplo. Más nunca bajar intempestivamente a 40 como ocurre en algunas calles o incluso carreteras, y menos a 10, lo que ya no es como estar parado sino estarlo casi del todo.
                                                                                                                                                                      En conclusión, aquí no se tiene en cuenta correctamente la distancia de detención, que es la que se recorre desde que el conductor percibe un obstáculo o señal hasta que el vehículo queda completamente detenido. Es como si las velocidades indicadas en las calles y carreteras en el país lo fueran es de aviso de peligro, cuando paradójicamente son ellas con mucha frecuencia las peligrosas. No es si no hacer la prueba de acatarlas en un recorrido cualquiera en cualquier parte ¡sí es que las hay!

El caso es que aún no se entiende el tránsito como un tema de mecánica de fluidos, y en consecuencia proceder a establecer unas velocidades máximas y mínimas que busquen mantener unas ciertas "densidades" de automóviles por metro. Y también por eso, justamente, es que son ineludibles los semáforos sincronizados en las calles de las ciudades, pues no es posible en cada cruce un túnel, o un puente, los que no son deseables pues rompen la continuidad espacial de las ciudades.
                                                                                                                                                                     Así se evitaría la aparición de “ondas” cuando en un punto determinado los carros deben frenar, y en consecuencia también los que vienen detrás. Resumiendo, hay que tratar el tránsito como un fluido que circula por una tubería, y estudiar fenómenos físicos análogos a los que se ven en los fluidos reales, pero con el conocimiento propio de los profesionales en el tema, los que en Colombia son muy escasos, que les permita poner límites de velocidad prudentes y necesarios y a la vez posibles.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nueva arquitectura. 27.08.2016

        Lo urgente de lo sostenible deberá lograr que la arquitectura de nuevo sea bella y eficiente como fue la edilicia de siempre en todas partes. Los nuevos profesionales, formados en las universidades deberán buscar que las técnicas apropiadas para una arquitectura sostenible los lleven a nuevas formas coherentes, en lugar de inventárselas caprichosamente como en la arquitectura espectáculo, o falsamente ecológicas como en mucha de la vendida como “verde”. Para principiar, lo construido debe durar mucho y ser fácilmente adaptable a nuevas distribuciones y usos, como también para su mantenimiento, remodelación a fondo, o el reciclaje final de sus materiales si es del caso. Y su construcción, uso y mantenimiento debe consumir el mínimo de agua y energía y generar el mínimo de contaminación, sobrantes, escombros y desperdicios. El ejemplo a seguir es desde luego la arquitectura tradicional, tan bien adaptada a su clima, paisaje y tradiciones, que hay qu...

Ciudad, Alcaldía y Concejo 13.08.2022

  Cali, como tantas ciudades en el mundo, afronta amenazas, entre ellas el cambio climático, la posibilidad de una recesión económica global, pandemias, e inmigraciones no deseadas; además de posibles disturbios internos, sobrepoblación creciente y el precario control sobre su área metropolitana irresponsablemente aún no oficializada. Asuntos todos los anteriores en los que en Cali, sus alcaldes, concejales, ciudadanos e instituciones juegan un papel definitivo, pero que ya a inicios de la tercera década del siglo XXI lamentablemente lo hacen cada uno por su lado ignorando, consciente o inconscientemente, las otras opiniones y propuestas en lugar de buscar que sean compatibles. Respecto a la Alcaldía de Cali, hay que recordar que esta debería ser responsable de actualizar el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, POT, y de llevar a cabo los acuerdos del Concejo Municipal en ese sentido, sin perjuicio de sus propias...

Las dos caras de la ciudad. 08.06.2024

                 Las ciudades son la suma de muchas y variadas edificaciones para vivienda, casas y apartamentos y demás usos complementarios para trabajo, educación, salud, recreación y cultura, además de las necesarias para sus espacios urbanos públicos, calles, plazas y parques, construcciones todas que siempre cambian con el paso de los años y los nuevos sistemas constructivos generando nuevas imágenes, y que están emplazadas en territorios rodeados de paisajes rurales y naturales que también cambian. Ciudades que son habitadas por diversas personas solas o que conforman familias, y a su vez diversas comunidades, todos estos habitantes ocupando diferentes barrios.               Pero en Cali hay más conciencia entre sus funcionarios y ciudadanos de lo que pasa en la ciudad, que de ésta en tanto artefacto, ignorando la importancia que tiene la ciu...