Además de ser
eficiente y económico, el transporte público debe ser también placentero y no apenas agradable, y sin duda
debería ser didáctico. Habida cuenta de que se lleva a cabo precisamente en los
espacios públicos de la ciudad, que son justamente en donde los ciudadanos más
se encuentran, por lo que habría que crear en ellos o cerca, espacios y
momentos para que puedan interactuar, como lo han hecho siempre en ciertas
calles, plazas y parques. Lo que desde luego no pueden hacer en buses o vagones
y mucho menos cuando sus pasajeros van como sardinas en lata.
Hay
que considerar que todo transporte público comienza en la puerta de cada
vivienda y termina en la de donde sea que se vaya, y viceversa. Y que desde el
inicio de las ciudades y hasta hace apenas poco más de un siglo fue casi
exclusivamente peatonal. Peatones y ciudades son inseparables, lo que aún
muchos no entienden en esta ciudad vergonzosamente sin andenes, lo que
compromete su cualidad de tal, con el agravante de su ya desmesurado tamaño, en
el que cada vez se alargan los tiempos de desplazamiento, los que son muy
inconvenientes cuando pasan de media hora.
De
ahí que el elemento más importante de cualquier sistema integrado de transporte
público son los andenes, ya sea para ir de un sitio a otro o para abordar sus
componentes colectivos. Por eso deben ser anchos, llanos y sin obstáculos ni
recovecos. Antes los peatones circulaban por la mitad de las calles pero cuando
estas fueron invadidas por los automóviles tuvieron que limitarse a usar los
andenes, los que inicialmente se hicieron fue para proteger las fachadas
paramentadas de nuestras ciudades coloniales cuando comenzaron a circular por
ellas los primeros coches.
Hay
que entender que los demás componentes de un sistema de transporte público e
integrado no sólo son los taxis, buses y trenes, que constituyen su elemento
colectivo, sino
Especialmente las
bicicletas, las que cada vez se usan más en Europa. Holanda toda se mueve en
bicicleta y en las grandes ciudades como Londres, París o Barcelona, se pueden
tomar alquiladas en alguno de los muchos sitios centrales que existen y
dejarlas en otro, usando una tarjeta de crédito o similar, o todo el mundo
tiene la suya como en Palmira, Valle.
Finalmente,
es muy importante que se pueda pasar de uno a otro medio de transporte con
facilidad, cuyo valor desde luego debe estar incluido en un solo tiquete. Y de
allí que sea fundamental que en los vehículos haya sitios para las bicicletas, para
transportarlas, o en sus paradas y estaciones, para guardarlas. Y muy cerca de
estas se deben localizar sitios de alquiler de las mismas, y ya están
inventados los localizadores para saber en dónde están en cada momento y no se
las roben.
Nada
de esto se entiende en Cali, lo que explica que nos hayamos embarcado en el Mio
sin al tiempo terminar ni siquiera los andenes que se proyectaron, que cuando
se construyeron pronto se los dejo invadir. Y que no funcionan bien pues están
incompletos ya que en el resto de la ciudad los andenes son precarios. Los
andenes, hay que seguir insistiendo, son el primero y principal componente de
un verdadero sistema integrado de transporte público. Y es en ellos y no en las
calzadas, donde deberían ir las ciclorutas, como en Berlín.
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