Ir al contenido principal

Consejos para el Concejo. 21.12.2013


   Las ciudades, en tanto el escenario de la cultura que son, según las definió el sociólogo e historiador Lewis Mumford (La cultura de las ciudades, 1938), implican la consideración de todo su patrimonio construido y no apenas los bienes inmuebles de interés cultural. Ya que son grandes y complejos artefactos de tres dimensiones, que habitan y recorren los ciudadanos diariamente a lo largo de los años y las décadas, constituidos por edificaciones que conforman espacios públicos, como lo son los diversos tipos de calles, plazas y parques, que en consecuencia son tan importantes, físicamente y económicamente, como, socialmente, lo que pasa en ellos.
                                                                                                                                                                      El progreso de las ciudades, depende, dice el economista  Edward Glaeser, de que atraigan personas inteligentes y permitan que colaboren unas con otras (El triunfo de las ciudades, 2011), para lo que hay que lograr, como lo afirma él, que se encuentren físicamente en calles, plazas y parques, como en edificios de uso público, desde mercados, cafés, restaurantes y diversos almacenes, hasta escuelas, bibliotecas, museos y centros culturales, además de la vida familiar en las viviendas, por lo que las de interés social  deberían ser primordialmente para alquilar, y no en propiedad, para permitir la fácil movilidad urbana de sus usuarios, incluido su transporte.
                                                                                                                                                                      La importancia  del trazado y uso de las calles y el diseño de los edificios que las conforma, es, en consecuencia, lo primero, como lo recuerda la historiadora de la arquitectura y el arte Sibyl Moholy –Nagy (Urbanismo y Sociedad / Historia ilustrada de la evolución de la ciudad, 1968). Calles ante todo para los peatones, y de ahí que hay que dotarlas de amplios, llanos y arborizados andenes, y en cuyas calzadas se de preferencia a las bicicletas y al transporte público sobre los carros particulares. Eliminando los fatales retrocesos y voladizos, y retornar a las fachadas paramentadas tradicionales y de alturas similares, disponiendo, si es del caso, de los antejardines importados.
                                                                                                                                                                      Los POT, entendidos como el diseño urbano-arquitectónico de las ciudades, deben recurrir a dichos saberes, a los que hay que devolverle su conformación física, como propuso la divulgadora y teórica del urbanismo Jane Jacobs (Vida y muerte de las grandes ciudades, 1961), mediante concursos públicos de arquitectura y urbanismo, con jurados idóneos, quitándosela a los políticos corruptos, y urbanizadores, contratistas de obras públicas y constructores de vivienda que apenas consideran miopemente la rentabilidad de su negocio, el que por lo demás podrían mejorar si también pensaran en la ciudad y en la arquitectura y no sólo en su construcción.
                                                                                                                                                                Finalmente, la propiedad privada del suelo hay que controlarla con su plusvalía; y la obsolescencia permitida a sus construcciones, y el consumismo de las nuevas, denunciado por el periodista y escritor Eduardo Galeano (El imperio del consumo, 2005), hay que detenerlos. Lo construido es una inversión económica y de agua y energía, y se puede remodelar agregando pisos para re densificar sin especular, y haciéndolo bioclimático y no contaminante, usando la plusvalía de construcciones en altura, en los grandes vacíos existentes, para que no se extiendan más los servicios y recorridos, haciendo las ciudades más sostenibles y respetables de su contexto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El (des) Gobierno Municipal. 21.05.2016

         El desordenado proceso del control del patrimonio construido en la ciudad, y en realidad de todo lo que se construye o destruye en Cali, lamentablemente suena a la vieja canción: songo le dio a borondongo, borondongo le dio a bernabé, bernabé le pego a muchilanga, le hechó a burundanga y le hincha los pies. Es el futuro cantado de San Antonio, el triste pasado del Centro de Cali, el escandaloso caso allí del Hotel Aristi, y el sainete del Colegio de La Sagrada Familia, frente al parque del barrio El Peñón.                                                                                                                                 ...

Soñar Políticas para la Polis. 07.12.2013

   El descontrolado incremento demográfico mundial lleva   cada vez más gente a vivir en las ciudades. Y su rapidez aquí, un buen negocio para empresarios, terratenientes y contratistas, significó más delincuencia y   accidentes de tránsito, la demolición del patrimonio cultural (memoria colectiva) y   la construcción de edificios espectáculo (que no espectaculares) e inseguros, y el despilfarro de energía y agua potable. Es el caso de los tres millones de Cali, que nadie quiere contar.                                                                                 ...

La nueva arquitectura. 27.08.2016

        Lo urgente de lo sostenible deberá lograr que la arquitectura de nuevo sea bella y eficiente como fue la edilicia de siempre en todas partes. Los nuevos profesionales, formados en las universidades deberán buscar que las técnicas apropiadas para una arquitectura sostenible los lleven a nuevas formas coherentes, en lugar de inventárselas caprichosamente como en la arquitectura espectáculo, o falsamente ecológicas como en mucha de la vendida como “verde”. Para principiar, lo construido debe durar mucho y ser fácilmente adaptable a nuevas distribuciones y usos, como también para su mantenimiento, remodelación a fondo, o el reciclaje final de sus materiales si es del caso. Y su construcción, uso y mantenimiento debe consumir el mínimo de agua y energía y generar el mínimo de contaminación, sobrantes, escombros y desperdicios. El ejemplo a seguir es desde luego la arquitectura tradicional, tan bien adaptada a su clima, paisaje y tradiciones, que hay qu...