A los economistas les debería preocupar más cómo lo
económico afecta la calidad de vida, concepto que hace alusión a varios niveles de
generalización pasando por sociedad, hasta el aspecto físico y mental, y por lo
tanto un complejo que va desde la economía, la
sociología, la historia, la geografía, la ingeniería y la arquitectura y el
urbanismo.
A
los sociólogos les debería preocupar cómo la economía, la historia, la
geografía, el urbanismo y la arquitectura afectan el comportamiento de la gente
y por ende la calidad de vida en las ciudades, en tanto vivienda, salud,
comercio, educación, recreación y demás equipamiento urbano, actividades que
demandan buena arquitectura y estar correctamente localizadas en la ciudad.
A
los historiadores les debería preocupar no solo recordar el pasado si no sobre
todo cómo este ha determinado el presente, tanto el geográfico, el económico y
el social, como el urbano arquitectónico, de cara al futuro de una mejor
calidad de vida para más personas aquí y ahora. Habría que decir “bienvenidos
al pasado”, es decir, al pasado mañana.
A
los geógrafos les debería preocupar cómo el cambio climático afectará la
geografía del planeta, y en consecuencia a la economía y la sociedad, y con
ello la calidad de vida en cada una de las muy diferentes regiones y ciudades
del planeta que ya están siendo afectadas por sus cambios geográficos de
diversas maneras.
A
los ingenieros les debería preocupar no solo cómo están construyendo
correctamente lo que están construyendo, para que sea sostenible, seguro y
contextual, sino también que es lo que están construyendo y para quien, y cómo
eso ayudará a mejorar la calidad de vida, económica y socialmente de sus
futuros usuarios y no apenas para el negocio de los promotores.
A
los arquitectos les debería preocupar la ciudad y no solo el edificio, los que
son definitivos para una mejor calidad de vida de cada vez más personas que se
verán cada vez más obligadas a vivir en ciudades que creen más y mal, las que
deberán ser más sostenibles y contextuales lo mismo que los edificios aunque a
por supuesto a niveles diferentes.
A
los educadores les debería preocupar la cultura, entendida como geografía,
historia, humanidades, artes y técnicas, a través de más comunicación, creatividad, crítica y
colaboración, y que, como proclamaba Don Agustín Nieto Caballero,
fundador del Gimnasio Moderno de Bogotá en 1914: “Primero educar, antes que
formar” lo que es definitivo para una mejor calidad de vida.
A
los políticos les debería preocupar cómo la economía, la sociología, la
historia, la geografía, la ingeniería y la arquitectura, y el urbanismo,
mejorarán la calidad de vida para más personas en las ciudades y el campo. Y
concretamente que proponen para cada caso y que harán al respecto, y con
quienes piensan realizarlo.
A
los ciudadanos les debería preocupar cómo los políticos se están preocupando
por su calidad de vida, y por su conocimiento y asesorías al respecto, ya que
son pocos los que cuentan con una formación y experiencias humanísticas y
técnicas al respecto y deben recurrir a equipos de trabajo transdisciplinarios.
Equipos que deberían anunciar en sus campañas.
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