Tal parece que en Colombia el cambio climático finalmente significa
que en general aquí lloverá más que antes, según afirma Isaac Held el “Profeta
de las sequías” una reconocida autoridad mundial en el tema (J. Silva, El tiempo
04/02/2012). De hecho llevamos un par de años de invierno continuo e intenso,
pero no está aún claro si los veranos serán cortos o si por lo contrario, y de
acuerdo con el ciclo del Niño, serán a su vez más largos e intensos. Y es de
suponer que el aumento de la pluviosidad será de acuerdo a su comportamiento
histórico en nuestras distintas regiones. Por ejemplo, Buenaventura ya es la
ciudad más húmeda del mundo y lo será aún más, y las regiones más cercanas a la
línea ecuatorial, como nuestra costa pacífica, en la que el Atrato es el río de
mayor caudal del planeta, pero especialmente el Caribe, serán más propensas a
tormentas y huracanes. Pero en otras partes será lo contrario, como en Argentina, Uruguay y Chile,
algunas de cuyas regiones serán más secas, o alrededor del Mediterráneo, y en
general, el agua dulce se va a agotar en todo el planeta.
En conclusión, tenemos que manejar más y
mejor el agua dulce, almacenándola en los inviernos para evitar las
inundaciones y poder usarla después en las sequías, recuperando los humedales y
haciendo reservorios en los piedemontes de nuestras cordilleras. Serían
magníficos parques y alimentarían los acueductos, como es el caso en Cali con
los afluentes del Río Cauca, en donde está el suministro de agua dulce para su
principal acueducto, el que pronto será insuficiente. Igual que pasó hace
varias décadas con el de San Antonio, afectado hoy, y para peor de males, por
un gravísimo problema ambiental y de salubridad pública, pues la minería y los
asentamientos, ambos ilegales, están contaminando los ríos Pichindé, Felidia y
Cali que lo surten. Pese a que envenenar agua de consumo público es criminal,
las Autoridades Municipales, Departamentales y Nacionales, no se han dado por
enteradas. No obstante las continuas denuncias de grupos ambientalistas locales
y las solicitudes de ciudadanos directamente al Presidente Santos, hasta la
fecha nadie se ha apersonado de tan grave situación.
De otro lado, tenemos que modificar
nuestra forma de usar el agua potable, pues hoy es irresponsable su desperdicio
al usarla para lavar carros, inodoros y pisos e incluso andenes. Tenemos que
aprender a usar el agua lluvia con dicho propósito, y a reciclar las aguas
servidas, tal como lo sugiere el Panel de Sostenibilidad de la ONU (El Tiempo,
05/02/2012). A la humanidad se le está agotando el tiempo para racionalizar
nuestra forma de vida, advierte la ONU, pues en 20 años, cuando seamos 9 mil
millones de personas, no alcanzará la comida, la energía ni el agua. Agua que
paradójicamente en este país y especialmente en Cali, desperdiciamos y usamos
mal. Es incomprensible que acciones tan sencillas y económicas como cambiar las
válvulas de los inodoros por las de doble descarga, lo que ahorraría miles de
metros cúbicos de agua potable todos los días, no cuente con el apoyo de las
Autoridades Municipales, o que almacenar ese exceso de agua que nos ha traído
el cambio climático haciendo parques con pequeños lagos no haya sido
considerado una prioridad.
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