Masivo
-lo que se aplica en gran cantidad- es muy diferente a
colectivo -lo relativo a una agrupación de individuos-, la que no
necesariamente es masiva. De ahí que al hablar de transporte, masivo sea
diferente a colectivo, como precisamente lo son los trenes o, si acaso, los
buses biarticulados, con respecto a los buses articulados o los comunes. No es pues un problema del
significado de las palabras como, sorprendentemente, piensa la Presidente de
Metrocali, que se supone es experta en movilidad.
Es
significativo, al respecto, que en Cali no se haya pensado que su transporte
público debe ser integrado, desde su componente masivo, el tren de cercanías de
Yumbo a Jamundi, hasta el individual, los ciclistas y peatones, los que ni
siquiera cuentan con ciclovías y andenes adecuados y suficientes,
respectivamente. Y que lo prioritario son los andenes pues por ellos se hacen muchos
desplazamientos y se accede a todos los otros sistemas de trasporte. Y los
andenes de esta ciudad, ya de casi tres
millones de habitantes, son vergonzosos.
También
es muy diciente que no se entienda en este país que si bien un sistema
integrado de transporte público puede, e incluso debe, tener componentes
privados, tiene que ser planeado,
dirigido y controlado en las ciudades por una única Autoridad Municipal del
Tránsito y Transporte. La que debe ser independiente de los alcaldes de turno,
y por lo contrario, complemento de un verdadero Plan Urbano a largo plazo, que
debería depender es del Concejo Municipal. Y desde luego no se trata de otro
problema de semántica.
Igualmente,
un sistema de transporte público integrado debe depender de distintos medios,
que puedan, en caso de necesidad, reemplazarse mutuamente. Por ejemplo, el
mencionado tren de cercanías pasaría en Cali justo por la mitad de la ciudad,
por lo que buena parte de su área urbanizada estaría a no más de media hora
caminando del mismo, y casi la totalidad si se accede a él en bicicleta, por lo
que en caso de una eventualidad no se dependería de los buses, articulados y
comunes.
El
sistema de transporte en Cali tendría que haber comenzado por hacer andenes y
ciclovías transversales que alimentaran el tren de cercanías, cuyo proyecto ya
había adelantado mucho Protrans. Y los buses existentes, cambiando sus rutas,
deberían hacer lo propio. Pero en el gobierno de Pastrana el negocio cambio de
dueños y se comenzó a implementar el sistema de buses articulados, puesto en
práctica exitosamente en Curitiba, hace más de treinta años, que aquí, por lo
contrario, no ha dado los resultados que se esperaban, como quedó demostrado en
un artículo reciente de Semana (02/02/2013).
En
conclusión, habría que de inmediato completar el par vial de la 25-26 hasta
Yumbo y Jamundí, y poner por él buses biarticulados de extremo a extremo, que
tengan como llevar bicicletas y paradas en que haya como dejarlas. Y hacer
ciclovías de verdad, no como el “ciclopaseo” de la Quinta, que sirve es para
que la gente camine por él, y rehacer los precarios andenes de la ciudad, pero
correctamente diseñados, no como los de Granada, que “lobería”, o los de la
Quinta, ya ocupados por motos, carros y
vendedores, pues no son continuos, y
también recargados con bolardos y texturas innecesarias y pasos
pompeyanos que no se pueden usar.
Comentarios
Publicar un comentario