Por supuesto que Cali necesita un par de verdaderas megaobras como
una autopista urbana de Yumbo a Jamundí por el corredor férreo, dejando espacio
para el ferrocarril y un tren de cercanías y sendas vías locales laterales. Y
la unión de la Salida al mar con la Carrera 1ª y la Directa a Palmira. Y varias
intervenciones locales para eliminar
cuellos de botella como el que hay en la
Calle 5ª por el Hospital Siquiátrico, que parece un embudo diseñado por los
locos. Pero igualmente varias decisiones sencillas y muy económicas
contribuirían de inmediato a mejorar el tráfico en la ciudad.
Regularizar los carriles de
las vías según su tipo, darles
continuidad y agregarlos o desagregarlos en lugar de dividirlos o juntarlos, y
que los que están al lado de los andenes sean más anchos.
Ampliar, regularizar y
arborizar los andenes y liberarlos de obstáculos, y
dejar los policías acostados solo en
las esquinas, justo en la línea de pare, y si es del caso volverlos pasos
pompeyanos.
Eliminar
los estacionamientos de taxis y las entradas a grandes parqueaderos en las vías principales, y que los centros
comerciales hagan una calzada con ese propósito dentro de su propiedad.
Volver a los sentidos contrarios en las vías con dos calzadas
o, en caso de necesidad comprobada, y si
es posible, eliminar el separador. Y procurar que se alternen los sentidos en
las vías paralelas.
Permitir estacionar en línea solo a un costado de las calles y
alternarlo periódicamente, cada mes por ejemplo, y prohibir terminantemente
hacerlo en las vías principales, e incluso prohibir parar en ciertos sectores.
Cambiar las flechas en las fachadas señalado el sentido las
calles por señales de “no entre” en las bocacalles, utilizar más el “ceda el
paso”, que el “pare” sea total, y
eliminar el “cruce a la derecha en rojo”.
Disponer en los semáforos un espacio para las motos y bicicletas
antes de los pasos peatonales, y que estas circulen solo por el carril derecho
y en fila, o por lo menos pensar que si en otras partes pueden ¿por qué aquí
no?
Incrementar progresivamente las multas a los buses que paren en sitios
diferentes a los paraderos, e inmovilizar a los reincidentes, y prohibir a los
taxis parar en zonas de gran congestión.
Crear un comité asesor de la Secretaria de Tráfico y Transporte,
conformado por las instituciones que tienen que ver con el tema y conocedores
del mismo como el ingeniero Carlos Gonzáles y el arquitecto Juan Marchant.
Instruir semanalmente por los medios a los conductores y
peatones respecto a todo lo anterior por un tiempo suficientemente largo,
utilizando los mismos recursos de propaganda que usan para vendernos más
carros.
Estas ideas han sido reiteradas en ¿Ciudad? de El País, hace más
de diez años, y uno en Caliescribe.com. Pero no nos interesa lo sencillo,
experimentado, económico, diáfano y efectivo, pues no da cabida a la
interpretación, la trampa, el abuso o el negocio, ni lo consideramos
“moderno”. Preferimos hacer obras aunque
no sean bien pensadas y lo que se hace suele ser mal diseñado y construido, feo
y costoso, y no se concluye. Confundimos
lo intrincado con lo inteligente y lo novedoso con el desarrollo. Preferimos
hablar de movilidad que considerar ideas como estas para mejorar el tráfico.
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