Dice el Diario Occidente (26/03/2013), los puentes peatonales de Cali son
monumentos al abandono. Y al despropósito: los peatones más
necesitados (mujeres embarazadas o con coche de niños, ancianos y personas con
problemas motrices) no pueden subir sus escaleras, las que ni siquiera cumplen
con la norma de un descanso por piso, y sus rampas no pasan de parecer ser lo
que no son: rampas para discapacitados. Y por supuesto los automovilistas que
se quejan de que los peatones no los usen, tampoco los usan y por eso pretenden
ingenuamente que la gente se desvíe una o más cuadras de su recorrido para
encontrar un puente, cruzarlo, y regresar al otro lado de la vía, a donde se
dirigía. Por eso cerca de dichos puentes es donde son atropellados más
peatones, los que no cuentan con pasos peatonales para cruzar por las esquinas.
En
todas partes las calles se cruzan caminando precisamente por las esquinas por
pasos peatonales sencillos, o con “cebra”, es decir en los que tiene relación
el peatón, lo mismo que en los “pompeyanos”, que son los que están al mismo
nivel de los andenes, o tienen semáforo propio o cuentan con tiempo para los
peatones en los semáforos que regulan el tránsito vehicular. Los puentes
peatonales solo los hay cuando son la única manera de cruzar una vía,
generalmente de tráfico pesado o rápido, pues lo impide un separador. O una
autopista o una vía férrea, las que están cerradas con bardas. O que se pueden
tomar a nivel por uno de sus costados, subiendo o bajando por el otro. O que
cuentan con ascensor en sus dos extremos, como incluso los hay en Bogotá. Por
eso en muchas partes se prefieren los pasos por debajo de las calles
aprovechando las entradas al Metro.
En
el Municipio de Cali,
según el informe mencionado, existen 266 puentes peatonales, 213 en la zona
urbana y 53 en la rural, pero varios de ellos se encuentran en un avanzado
estado de deterioro y otros abandonados, o con barandales dañados, escalones
incompletos, y algunos son utilizados como botaderos de basura y están
cubiertos con graffiti. Ahora se les hará mantenimiento apenas a los 21 que se requieren
con motivo de los World Games.
Los restantes serán reparados a lo largo del año, supuestamente, y –suena a
chiste- según las necesidades:
si son de tipo arquitectónico (embellecimiento) o de tipo estructural. No sobra
decir que ninguno cuenta con ascensores, e incluso algunos terminan en un paso
peatonal con semáforo y muchos en un andén mínimo a ambos lados.
Como
los “policías acostados” y los cruces vehiculares a dos niveles, los puentes peatonales que se piden y hacen en
esta ciudad es fundamentalmente por su imagen (equivocada) de modernidad. Al
parecer lo que le importa a las autoridades es que se vean bien para los
visitantes, pasando por alto que son tan invasivos de las calles como las elevadas
y grandes paradas del Mio, afeándolas sin remedio. En ninguna ciudad de las más
conocidas por su belleza y organización existen puentes peatonales en sus
centros, los que suelen ser muy grandes; y la lista es larga. Cosa de la que
por supuesto no dice nada el informe de marras, ni mucho menos que precisamente
están muchos en mal estado pues sencillamente no se usan. ¿Qué esperamos para
cambiarlos por semáforos sincronizados y con tiempo para los peatones?
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